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La creatividad publicitaria en tiempos de Fast Delivery

Cuando inicié la carrera de comunicación en la Universidad Iberoamericana quería ser productora audiovisual ya que amaba los videos musicales, pero pronto descubrí que no estaba dotada con ningún talento musical así que decidí que creatividad publicitaria era un gran espacio en donde podría generar ideas que tuvieran impacto en el mundo o por lo menos en mi mamá a la cual considero la persona más creativa que he conocido. 

Durante la carrera esperaba con ansias llegar a los subsistemas y poder elegir publicidad para tener clases con los grandes de la publicidad y por fin entender ¿Qué era la creatividad? ¿Cómo habían hecho ellos para ser creativos? ¿Cuáles eran las mejores formas para aumentar las ideas? Sin embargo, me topé con hombres sumamente críticos y celosos a todo aquello que no estuviera dentro del marco de lo que ellos consideraban creativo. Recuerdo las frases de “salirse de la caja” “ver el otro lado de la botella” pero yo me preguntaba ¿Cuál caja? ¿Cuál botella? Es difícil salirse de algo que no entiendes y es ahí en donde comprendí que la creatividad tiene mucho que ver con el consenso de lo que algunos consideran que es creativo, es algo mucho más político de lo que imaginé. 

Fue en las clases de literatura en donde encontré un espacio para conocer ideas de gente presente y pasada que me ayudó a entender que la creatividad se debe alimentar y no hay nada mejor para hacerlo que escuchar a otros, la creatividad es un ejercicio en donde el silencio y la escucha son vitales, debes alimentarte de todo lo que creas que puede ayudar a crecer tu idea, sin juicios, sin compararte solo absorber todo lo que hay afuera e integrarlo a ti y a tu idea.

La creatividad es la capacidad de unir puntos que a simple vista pareciera que no tienen ninguna relación y hacerlo con tal cuidado que el resultado de esa unión sea capaz de comunicar de forma clara y poderosa un mensaje.

Hoy estamos en un mundo en donde se suben 5 billones de videos al día, el consumo de contenido es feroz y para quienes trabajamos en el mundo de la creatividad publicitaria nos suele ser complejo empatar la velocidad con la que consume contenido y la curación de ideas. Se nos pide que creemos más rápido y que las ejecuciones generen mayor impacto, cosa por demás compleja en una época que “lo ha visto todo” 

He escuchado que los creativos publicitarios en realidad son chantajistas emocionales, vendedores con empaques bonitos. Sin embargo, la creatividad tiene espacio en cualquier ámbito y profesión de hecho es imperativa para poder subsistir y evolucionar. 

 Son tiempos retadores que nos invitan a reflexionar ¿Por cuánto tiempo más llamaremos creativo a lo que en realidad solo son copias de ideas a medio nacer? La creatividad no es algo cuantificable, no se mide con likes ni comentarios, la creatividad en el mundo publicitario debe ser vista como un proceso que inicia con la escucha, pasa por la investigación para convertirse en piezas de comunicación que apelan a algún deseo o emoción.

Aún tengo en la memoria los comerciales con los que crecí que formaron recuerdos familiares, que fueron parte de etapas en mi vida por lo que creo que la creatividad publicitaria es muy poderosa. Debemos darle el tiempo y espacio que necesita para poder crear piezas completas y no confundir creatividad con tendencias. ¿Te acuerdas de las tendencias del 2019? Yo tampoco.

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