Emprender desde los ovarios. El mundo laboral tiene retos para todos sin importar género, pero sin duda las mujeres debemos responder a preguntas que a un hombre jamás se le harían, debemos preocuparnos por cosas que un hombre no se detiene a pensar, tenemos que demostrar que nuestra vida personal no es ni será una debilidad, buscamos más aprobación como si lo que hiciéramos fuera más desechable y por eso debemos hacer que dure más. Estamos constantemente en una lucha interna entre nuestras necesidades como mujeres y el “no hacer mucho ruido” porque afuera se pueden hartar y confirmar la frase “es que es mujer”.
Si las reglas del juego no cambian solo por nuestro género, entonces las oportunidades de emprender un negocio tampoco deberían estar ligadas a si somos mujeres, madres o a nuestro estado civil. Casi todas las mujeres que emprendemos nos hemos topado con situaciones en donde estamos en desventaja ante otros, solo por ser mujeres, en donde se nos ha respondido con un “es que no le gusta mucho trabajar con mujeres” y no hay mucho que hacer. Esto genera una montaña de inseguridades, de frustración y desánimo, mismo que nos puede llevar a dos caminos. Uno, dejar que los demás definan nuestro futuro, lo que podemos o no hacer y quedarnos siempre hablando en voz baja, sin ocupar mucho espacio, sin tanta exposición, con poco dolor pero también con poca satisfacción. O la segunda, y es mi recomendación, agradecer a quien te dice que no por ser mujer, créeme, te estás salvando de una situación muy desgastante y tocar más puertas, más fuerte, aprender más, sacudirte los juicios y rodearte de gente que te impulse y te pueda dar consejos desde el amor. Reconoce todo lo que has logrado y si crees que no has logrado nada aún, recuerda que el hecho de elegir por ti es una conquista en esta sociedad. En mi experiencia este segundo camino tiene muchos más baches, es fácil caerse, pero es increíblemente satisfactorio, es el camino de la libertad desde donde podemos inspirar.
Considero que las mujeres por naturaleza somos creadoras, es un don que tenemos y que nos distingue. Sabemos y podemos gestar ideas, proyectos, hijos, relaciones, empresas con particular paciencia y cuidado, sin embargo, este sigue siendo un mundo difícil para la mujer que quiere poner su sello personal en el mundo. Gracias a quienes hacen que cada vez haya más oportunidades y si tú estás en la posición de hacerlo, de ayudar o impulsar, no lo dudes, hazlo.